BIENVENIDO AL MUNDO DEL PORTERO

Gracias por entrar a este espacio dedicado a los porteros donde se hace un pequeño homenaje a este sector de futbolistas que aunque jugando aun mismo juego que el resto de futbolistas es totalmente diferente y necesita de especial atencion y dedicacion


un saludo y gracias Ivan. V

lunes, 17 de octubre de 2011

EL PENALTI


Es una situación vinculada, de una manera simplista, al factor suerte o aleatorio, pero ¿es realmente así?. Yo, y muchos otros preparadores de porteros, decimos que no.

Hay muchos estudios que revelan que existen probabilidades de acierto por parte del portero en la pena máxima. ¿Pero cómo puedo saber como va a ser el lanzamiento? La técnica que se utiliza para el análisis a priori se basa en unos preíndices .

Por tanto, fijándonos en esos preíndices la probabilidad de éxito en el penalti aumenta de manera considerable.

En este artículo estudiaremos el primer preíndice, en orden cronológico, desde que el jugador coloca el balón hasta que lo golpea:

LA CARRERA: se refiere a la carrera que realiza el rival para lanzar el penalti. Si la carrera es frontal existe una gran probabilidad de un golpeo al lado contrario de la pierna que golpea el balón, o bien al centro de la portería. Si la carrera es diagonal, lo más probable es que el balón se dirija al lado de la pierna que lanza.

Estudios realizados por Raya y Navarro en 1990 sobre el Mundial de México 86, que lo he podido leer en el libro Metodología global para el entrenamiento del portero de fútbol muestran los siguientes datos:

De los 12 penaltis analizados durante el transcurso de los partidos obtienen los siguientes resultados:

- 7 penaltis son lanzados con la pierna derecha y dirigidos a la derecha del portero (77,7%)

- 2 penaltis son lanzados con la pierna derecha y dirigidos a la izquierda del portero (22,2%)

- 1 penalti es lanzado con la pierna izquierda y dirigido a la derecha del portero (33,3%)

- 2 penaltis son lanzados con la pierna izquierda y dirigidos a la izquierda del portero (66,6%)

De los 27 penaltis analizados después del tiempo de prórroga obtienen los siguientes resultados:

- 17 penaltis son lanzados con la pierna derecha y dirigidos a la derecha del portero (80,9%)

- 4 penaltis son lanzados con la pierna derecha y dirigidos a la izquierda del portero (19,04%)

- 4 penalti es lanzado con la pierna izquierda y dirigido a la derecha del portero (66,6%)

- 2 penaltis son lanzados con la pierna izquierda y dirigidos a la izquierda del portero (33,3%)
Por tanto, podemos obtener variasconclusiones, que los jugadores tienden en gran medida a lanzar al lado contrario de la pierna con la que golpean. Y que si la carrera se realiza de forma diagonal, el disparo es muy probable que se realice en paralelo, es decir, al lado de la pierna. En cambio si la carrera es frontal, es muy probable que el disparo sea o recto o al lado contrario de la pierna que dispara.
En un penalty el portero siempre piensa que la portería es grande y el lanzador que espequeña. El objetivo, desde el punto de vista de la preparación del portero, debe ser que a los dos les parezca lo más pequeña posible.

Para ello nos podemos refugiar en la psicología y en el gesto del portero. En este artículo me voy a centrar en el segundo caso, y más adelante publicaré uno con el aspecto psicológico.

Durante mi carrera como portero he tenido varias tandas de penalty en las que he podido comprobar como varios lanzadores lanzaban balones fuera debido a la desconcentración. Para ello el portero debe saber gesticular y moverse para que el delantero tenga la mente lo más nublada posible.

El portero solo se puede mover en dos dimensiones (alto y ancho), no pudiendo avanzar hacia delante.

Por tanto debemos jugar con estas variables:


  • Cuerpo: debemos tener consciencia de que nuestro cuerpo sirve para moverse y que esos movimientos distraen al lanzador.
  • Movimiento horizontal: hasta hace poco el portero no se podía mover encima de la linea, debía estar quieto, pero la eliminación de dicha regla da ventaja al portero, ya que el delantero puede ver como el lado al que ha decidido lanzar está cubierto antes del chut.
  • Movimiento vertical: el portero puede saltar, agacharse e incluso ponerse de cuclillas ante un lanzamiento.
Con estas variables debemos dar rienda suelta a la imaginación y crear movimientos, rituales, muecas y despistes lo que hará que el delantero vea la portería más pequeña y dude en su lanzamiento, debiendo ajustarlo lo máximo posible aumentando la probabilidad de cometer un error.
Conclusiones:
- Podemos decir que la probabilidad de que un jugador diestro lance el penalty al lado derecho del porteroes mayor que la del mero azar (76,92% > 50%).

- Los jugadores zurdos no han podido ser analizados con profundidad debido a la escasez de elementos. Si tuviesemos que obtener una conclusión podríamos decir que éstos son más tendentes a lanzarlo en paralelo, es decir a la izquierda del portero.

- Si observamos los lanzamientos observando la carrera y teniendo en cuenta estas estadísticas podemos decir que la probabilidad de acierto del portero se eleva considerablemente.
Expertos en la pena máxima ;
«¿A que no hay huevos de tirármelo por laizquierda, como el otro día en el Calderón? Se ve que tienes miedo, va a ir por la derecha». Con estas palabras Julen Lopetegui consiguió intimidar a Salva Ballesta en un Valencia-Rayo del 2001 antes de que el sevillano lanzara un penalti. Lo tiró por el centro y el hoy comentarista televisivo se lo paró. Es una de las mil historias en torno a una pena máxima.

En los vértices de la línea imaginaria de once metros que une la línea de fondo y el punto de cal, lanzador y meta intercambian roles. Al cancerbero nadie le mirará con lupa si no ataja el esférico, pero el delantero puede ser recordado por su error. Y si no que se lo pregunten a Djukic o a Trezeguet. A algunos porteros les brilla la mirada en las tandas de cinco. Son los parapenaltis, especie futbolística de moda gracias a la sensacional actuación de Pepe Reina en las semifinales de la Champions.

«Los tiempos han cambiado», asegura Santiago Cañizares, especialista en estas lides. «Ahora tenemos tantos vídeos, analizamos tanto los disparos que puedes volverte loco. 'Suele tirar por la derecha, pero sabe que yo lo sé.', piensas. Pese a la proliferación de tecnologías siempre queda lugar para la improvisación y el análisis del momento».

El portero del Valencia comparte la opinión de otro especialista,Javier Urruticoechea. El que fuera meta de la Real y el Barça dio a los culés una Liga merced a una pena máxima atrapada en la última jornada, consideraba que un penalti lo falla el delantero más que lo para un portero. Cañizares lo ve claro: «Comparto la opinión de Urruti. Existen lugares de la portería a los que no podemos llegar en tan breve espacio de tiempo, pero la psicología es clave y mérito nuestro, cuanto más tiempo pase más se comerá la cabeza el tirador, si el portero tiene fama de atajar penaltis, tiene envergadura y sabe cómo poner nervioso al personal, el lanzamiento está condicionado. Meter gol se convierte en obligación imperiosa. Cada uno tiene su método para meter presión».

El meta del Villarreal, Sebastián Viera, también conoce la efectividad de las argucias. Cuando el árbitro señala los once metros, el charrúa se hace el loco. Busca una toalla, un bidón, se aparta de la portería Cualquier cosa con tal de que el lanzador tenga que pensar. De los siete lanzamientos en dos años sólo ha encajado uno.

No debe de ser casualidad, porque el parapenaltis de moda, Pepe Reina, también hizo de muralla en el Submarino Amarillo. Detuvo cinco de siete. Según Cañizares es el mejor especialista que nunca ha visto. «Y no soy ventajista, lo pensaba desde hace tiempo. Si te fijas, el primer lanzamiento que atrapa contra el Chelsea es de una calidad sublime. Más allá de adivinar el lado, la estirada es perfecta».

Reina detuvo tres penaltis al West Ham en la final de Copa del año pasado. Juan Carlos Unzúe le da importancia, pero relativa. «Atrapar el primero es clave. Transmite confianza. Pero nunca daré prioridad a un portero sólo por ser bueno en esta suerte, todo va por rachas. En mi debut, detuve un penalti, y días después, con Osasuna, eliminamos al Barça en la tanda fatídica. Pero en un mismo año me lanzaron doce y paré uno».

Reina no es el único parapenaltis que ha pasado por los vetustos vestuarios de Anfield Road. Ray Clemence fue uno de los primeros especialistas. El inglés blocó un penalti a Heynckes en una final de la UEFA, entre otras importantes paradas con el balón a once metros.

La palma se la lleva el excéntrico Bruce Grobbelaar, que llevó a cabo un ritual mítico en la tanda de la final de la Copa de Europa ante la Roma en 1984. Antes de que le lanzaran, comenzó a moverse espasmódicamente, balanceando torpemente las piernas como si hubiese bebido alcohol en cantidades industriales. Graziani se despistó, y el balón apenas rozó el larguero. La imagen de aquella final, volvió a reproducirlaJerzy Dudek, portero de los reds, en la final de Champions de 2005.

Carragher, central y acérrimo seguidor de la leyenda de su equipo, le pidió antes de la tanda que lo imitara. El polaco reeditó la mueca, con menos salero, pero Kaká se la coló. Y es que el brasileño no se asusta ni ante una manada de leones. «Los penaltis están diseñados para jugadores técnicos, pero con el matiz de que deben tener la cabeza muy bien amueblada, o por el contrario, una inconsciencia plena» asegura Unzúe,que ha conseguido que Valdés tenga una estadística de tres penaltis parados de seis, por los dos de diecinueve que llevaba hasta la pasada temporada.

Algunos técnicos no parecen apreciar esta inusual virtud. Toldo llegó a la Euro 2000 por casualidad.Peruzzi renunció, y Buffon se lesionó. En la semifinal contra la anfitriona Holanda recibió seis penaltis, dos en tiempo de juego. Sólo uno entró, durante la tanda. Atajó cuatro.

Sergio Goycochea pasó a la historia por su acierto en Italia 90. Se convirtió en héroe nacional en Argentina, con permiso de Maradona, tras pasar dos rondas por penaltis con cinco penaltis detenidos. Paradójicamente, perdieron la final desde el punto fatídico, pero durante el tiempo reglamentario. «Es el mejor de los parapenaltis que yo he visto», sentencia Claudio Bravo. Unzúecomparte la opinión, «aunque Buyo y Urruti siempre deben aparecer en la lista». Dida, Franco yDuckadam completan la nómina .

La próxima final de Champions podría acabar a penaltis. En tres de las últimas siete ediciones se llegó con empate al minuto 120. En la ciudad de los Beatles seguro que firman la igualada, ya saben a quién aferrarse.

De Arconada a Claudio Bravo

Cuando enfrente del lanzador aparece un portero de la magnitud de Arconada no hay lugar para la parsimonia. Su apellido imponía. Por eso no pasaba nada cuando le pitaban un penalti a aquella Real. El título copero de 1987 contra el Atlético se materializó gracias al que detuvo en la tanda final a Quique Ramos.

Sin llegar a ese nivel de importancia, el también realista Claudio Bravo entró en la historia de los penaltis. En la final del Torneo Apertura de Chile, Mayer Candelo lanzó a lo Panenka y el chileno mordió el anzuelo, pero se reincorporó de forma espectacular: «En Chile conseguí parar bastantes, desde que llegué a la Real me han lanzado dos, y aunque no sirva de consuelo, acerté siempre el lado pero sin tapar. Yo como portero me muevo, me escoro a un lado, y me guío por la intuición, aunque veo bastantes vídeos. Cada portero tiene su ritual». En el Liverpool-Chelsea no lo dudaba. «Sabía que Reina no perdonaría».

El ex portero realista José Luis González saltó al estrellato tras detener el penalti crucial a Djukic en el último minuto de la última jornada de liga en el 94.

José Ramón Esnaola, andoaindarra y ex portero realista, también tiene su historia. En la tanda de penaltis de la final de Copa de 1977 entre Betis y Athletic, Esnaola paró tres, pero pasó a la historia por meterle uno decisivo a Iribar. «No había lanzado un penalti en mi vida y no quería hacerlo. Tenía un miedo tremendo. ¿Meterle un gol a Iribar? Tenía en la cabeza a dónde lo iba a tirar y salió bien. Cuando nos cruzamos le pedí perdón».


ENTRENAR LA "PSICOLOGÍA" DEL PORTERO.


Una de las cualidades más apreciadas en un portero es la regularidad. Es por ello que cada vez es más importante que el portero tenga una buena preparación psicológica. Esta preparación es la clave para conseguir el máximo rendimiento bajo cualquier circunstancia, lo que sin duda marca la diferencia. Es evidente que esto no se puede conseguir de la noche a la mañana. Como cualquier otra faceta del juego se debe entrenar. Las tres figuras claves encargadas de este desarrollo son el entrenador, el entrenador de porteros y el psicólogo deportivo.

Entrenar es un acto educativo. No cabe duda. El entrenador trata de trasmitir o enseñar a sus jugadores unos conceptos (SABER) y unos procedimientos o destrezas (SABER HACER). Los futbolistas agradecen que su entrenador les haga llegar con claridad su “idea” de fútbol. Estamos hablando de una faceta, inherente a su rol, que va más allá de la dirección del equipo. Me estoy refiriendo a la “pedagogía” del entrenador. Lo importante no es tanto que sepa mucho de fútbol sino cómo lo trasmite o lo hacer llegar a sus jugadores, cómo se hace entender a la hora de trasladar sus conocimientos a los futbolistas. Cuando esa acción educativa o proceso de enseñanza-aprendizaje es confusa los futbolistas no asimilan los contenidos que les trasmite su entrenador.

En educación ha surgido el concepto de COMPETENCIA. La nueva universidad, el llamado proceso de Bolonia, supone una nueva forma de entender la enseñanza de los futuros profesionales. No es suficiente que la universidad traslade un amplio bagaje de saberes teóricos y prácticos; ya no es suficiente enseñar conceptos y destrezas. Es necesario desarrollar competencias en los alumnos. Los futuros trabajadores deben estar preparados para ser eficaces en el contexto en el puedan desarrollar su trabajo. Las competencias incluyen: conceptos (SABER), destrezas (SABER HACER), ideas y iniciativas (QUERER SABER), saber desarrollar dichas iniciativas encontrando los recursos necesarios (PODER SABER), y disponer de unos valores específicos asociados al rol profesional que desempeñe (SABER SER / ESTAR).

¿Y qué tiene que ver esto con el entrenamiento en fútbol, en concreto con el entrenamiento específico de los porteros? Pues mucho. Durante años suelen acumular una ingente carga de trabajo, físico, técnico y táctico. Realizan muchísimos ejercicios para desarrollar sus “cualidades” como porteros, pero a juicio de algunos de estos entrenadores parece que ello es insuficiente.

Estamos cansados de ver chicos con excelentes cualidades para la portería. Técnicamente presentan un nivel altísimo. Tienen una excelente proyección cuando están en la etapa juvenil o se incorporan al equipo filial. Pero ¿qué pasa qué muchos de ellos no llegan al fútbol profesional? Qué explicación puede haber. Unos no tienen carácter o personalidad para ser porteros, otros no soportan la presión inherente a la máxima competición, muchos no tienen la suficiente paciencia para saber esperar y perseverar hasta que les llegue su oportunidad, y a casi todos no les gusta el banquillo o la suplencia y menos aun no entrar en la convocatoria cuando en la plantilla hay tres porteros, … Todas estas causas se están refiriendo a cuestiones relacionadas con el ámbito emocional. Son potencialmente buenos porteros pero no disponen de las necesarias competencias para ejercer como porteros en el contexto del fútbol profesional.

En la actualidad la dificultad se agudiza debido a que nuestros jóvenes son bastante inmediatos, trabajan por metas próximas y suelen abandonar ante metas aplazadas, y poco competitivos, quizás como consecuencia de la sociedad del bienestar que les ha ido acostumbrando a lograr todo casi sin esfuerzo.

Así pues, es necesario ampliar los contenidos a trabajar en la formación de los porteros. Además de las competencias técnicas es necesario desarrollar unas competencias emocionales o psicológicas, específicas de dicho puesto. Se trata de valores específicos y habilidades emocionales que incrementen sus competencias como porteros, de forma que además de disponer de unas excelentes cualidades técnico-tácticas han de SER y SENTIR como auténticos porteros.

¿Pueden identificarse esas COMPETENCIAS EMOCIONALES que deben completar la formación de los porteros? Proponemos las siguientes:

1. ENTENDER LA SOLEDAD DEL PORTERO EN UN TRABAJO COLECTIVO. El portero vive el partido en soledad, aunque se trate de un trabajo colectivo. Está solo por la especificidad de su tarea y por la distancia que le separa de sus compañeros en el terreno de juego. Mientras que los compañeros pueden pasar más desapercibidos el trabajo del portero es muy manifiesto. El portero suele estar solo en el éxito y en el fracaso; cuando su equipo mete un gol lo celebra en soledad, mientras que cuando el equipo encaja un gol lo sufre de una manera especial, también en soledad.

2. SABER MANTENER UNA ATENCIÓN FOCALIZADA PARA PODER LEER EL JUEGO SIN PARTICIPAR ACTIVAMENTE EN ÉL. Es muy difícil mantener la concentración necesaria, que exige un trabajo óptimo de un portero, cuando apenas interviene en el juego. El estilo atencional del portero es diferente al resto de jugadores del equipo. Requiere un trabajo específico hasta que el portero interiorice la importancia de su trabajo “sin balón”.

El trabajo del portero exige una concentración máxima durante todo el encuentro. Es imprescindible estar conectado a la acción, en estado de vigilancia o alerta tanto cuando no participa del juego como cuando interviene. Y no es una tarea fácil. Es algo que se debe entrenar todos los días no desconectando en ningún momento durante los entrenamientos diarios. Es de vital importancia el trabajo del psicólogo para poder dominar esta tarea, para saber evaluar nuestro estado emocional, saber si tenemos poca o demasiada activación nerviosa. El portero debe saber encontrar el estado ideal de rendimiento utilizando técnicas que disminuyan dicha activación cuando es excesiva (relajación) o que la incrementen cuando sea insuficiente (energetización).

3. DIRIGIR O DAR INSTRUCCIONES A LOS COMPAÑEROS, LIDERAR DESDE LA PORTERÍA. Un buen portero manda y dirige a sus compañeros, especialmente a los defensas. Es una tarea de suma importancia que no puede depender de la personalidad o carácter de su portero. Es mudo, no habla, se quejan en ocasiones los entrenadores. Muchos piensan equivocadamente que el carácter no se puede modelar ni cambiar. Nada más lejos de la realidad.

Es imprescindible que el portero tenga mucho carácter. El psicólogo deportivo es quien va orientando el carácter del portero hacia el liderazgo. Todo el mundo espera de él que mande, tenga jerarquía, lidere desde atrás al equipo. Se espera que maneje el estado anímico del equipo desde la portería. Es una exigencia común de todos los entrenadores, organizar al equipo ya que dispone de una situación privilegiada para observar el comportamiento del equipo.

4. ACEPTAR Y CONVIVIR CON LA POSIBILIDAD DEL ERROR. El error del portero es muy manifiesto, muy evidente, y puede tener una gran trascendencia sobre el resultado. El error del resto de jugadores pasa mucho más desapercibido y no es tan determinante sobre el resultado del partido. Desde una lógica emocional el portero está pendiente de no cometer errores, lo que le hace estar mucho más inseguro. Tratar de no equivocarte se traduce en un trabajo inseguro y provoca la aparición de más errores. El error es inherente a la condición de ser humano, dicen que errar es de humanos. Pero, además, el error del portero suele ser de “bulto” o “grosero”, es decir muy evidente y peligroso para el equipo. El portero puede aprender a convivir con el riesgo del error, como algo inherente a su trabajo, de forma que no le afecte en su trabajo.

Es difícil pasar desapercibido porque todas las acciones cobran notoriedad, tanto para lo bueno como para lo malo. Hay que entender que el error forma parte del juego y que es imposible no fallar nunca. La diferencia está en si sabe manejar la situación después de un error o si es la situación la que maneja al portero. Si consigue inmediatamente focalizar de nuevo la atención sobre el juego o si se va del partido y ya no se consigue volver a él.

5. CONTAGIAR SEGURIDAD. El portero contagia sus emociones a su equipo y a la grada. Un portero seguro y con confianza proyecta seguridad a sus compañeros en el trabajo defensivo. Un portero seguro mantiene tranquilos y confiados a sus aficionados. La inseguridad del portero resta confianza de sus compañeros en él, haciéndoles más difícil la labor defensiva. Es muy curioso cómo se “escucha” con gran nitidez el silencio de la grada ante una acción de un portero cuando lo percibe algo inseguro. A su vez este silencio llega a bloquear al portero porque esa falta de confianza de la grada le hace más inseguro todavía.

El portero es un gran “transmisor” de estados anímicos. Es el primero que debe dar seguridad al equipo. Esta seguridad permite al equipo trabajar con mayor tranquilidad, trasladando a la grada confianza y consiguiendo un ambiente favorable para el desarrollo del encuentro. En las primeras acciones del partido conviene no arriesgar y efectuar varias intervenciones sin ningún titubeo. Todo lo contario debe hacer al final del partido donde el portero debe transmitir control de la situación arriesgando en esas acciones finales. El equipo contrario suelen ejecutar acciones de mala calidad por la inmediatez y el apremio de la falta de tiempo.

El portero es un jugador que puede ayudar a manejar el tempo del partido. Es algo difícil de aprender porque en la mayoría de las situaciones cuando acabas de intervenir la adrenalina corre por las venas y el cuerpo demanda más acción. Pero en ese momento es cuando más tranquilidad se debe dar al equipo porque el contrario está atacando y el equipo necesita recomponerse para poder retomar el control del partido. Todo lo contrario sucede cuando está sin participar en el juego, poco a poco va bajando la activación y puede llegar a desconectarse de la acción.

6. ORIENTAR HACIA LA MEJORA DE LA TAREA. El portero suele estar muy orientado hacia el éxito. Se mueve por motivaciones relacionadas con la satisfacción del ego, como ser titular, mantener la portería a cero, detener penaltis, tener continuidad en el equipo titular, ser protagonista por su excelente trabajo, ser objeto de buenas valoraciones por parte de los medios de comunicación… Entonces, se desanima muchísimo cuando no juega, no tiene protagonismo, y piensa que no lo va a tener debido a que otro compañero cuenta, según su impresión, con la confianza del entrenador. Es necesario que el portero se mueva también por otras motivaciones que le ayuden a trabajar diariamente y a mantener el ánimo aunque no participe habitualmente en la competición. Se hace imprescindible enseñar a los porteros a encontrar motivaciones más relacionadas con la tarea, inherentes a su trabajo diario. Hablamos de la conveniencia de utilizar motivaciones de tipo intrínseco.

Es importante que el portero entienda que la titularidad no depende de él, sino que es una decisión del entrenador. Lo que sí depende de él es su trabajo diario y es ahí donde debe centrar toda su atención y esfuerzo. Un buen trabajo diario es el mejor camino hacia la titularidad.

Es de vital importancia marcarse un objetivo para la temporada para evitar la relajación. El objetivo debe ser concreto, cuanto más concreto mucho mejor. Trazar un plan de cómo vamos a conseguir ese objetivo, marcando unos objetivos secundarios necesarios para la consecución del objetivo principal. Estos objetivos secundarios nos ayudarán a evaluar si estamos caminando en la dirección correcta. No debemos ser inflexibles en el camino trazado, sino todo lo contrario. Esta capacidad de adaptación nos permitirá sacar el máximo partido a los imprevistos que nos vayamos encontrando. El entrenador de porteros cobra especial protagonismo en la batalla contra la relajación que puedan sufrir los porteros. Todos los entrenamientos tienen que estar orientados hacia una mejora concreta. Es el principal responsable de las sensaciones que siente el portero (la famosa “chispa”). El entrenamiento del día anterior y el calentamiento son los momentos que más marcan la confianza de un portero de cara a la disputa de un encuentro. Es primordial que el trabajo del entrenador de porteros deje una sensación de pleno dominio de todas las acciones del partido.

7. APRENDER A TRABAJAR POR METAS A LARGO PLAZO O SABER ESPERAR LA OPORTUNIDAD DE PARTICIPAR EN LOS PARTIDOS. Es muy difícil encontrar porteros que hayan triunfado siendo muy jóvenes. Iker Casillas, Asenjo y Víctor Valdés son excepciones. Lo normal es el caso de ese portero que alcanza la continuidad en los partidos a partir de los 25 años. Los entrenadores suelen valorar la experiencia como una cualidad necesaria en un portero. Suelen confiar más en el portero “veterano” que en el joven, quizás por que la experiencia le ha ido dotando a aquél de las competencias de que éste aun adolece. Cuando no sabe ser paciente difícilmente sobrevive un portero en el fútbol profesional.

8. ACEPTAR O SABER CONVIVIR CON LAS CRÍTICAS. El futbolista hace un trabajo “público” en cuanto que lo desarrolla ante los ojos de miles de aficionados que están en la grada o sentados delante del televisor. Es como trabajar en un “escaparate”, a la vista de cualquiera. No resulta fácil aislarse totalmente de esta circunstancia y centrarse totalmente en su trabajo. Cualquier futbolista ha vivido la sensación de sentirse observado o examinado por el gran público. Entonces el rendimiento decae drásticamente. Además, de un trabajo desarrollado en público cualquiera puede opinar sobre él. ¡El más difícil todavía! El futbolista suele leer casi todo lo que se publica sobre él, aunque confiese lo contrario. Ser objeto de críticas o sentir que existen dudas respecto al propio trabajo debilita enormemente la autoconfianza individual. Es necesario dotar al portero de recursos de tipo psicológico que le ayuden a convivir con su “examen” semanal.

9. MANEJO INTERNO DE LA PROPIA AUTOCONFIANZA INDVIDUAL. El portero debe trasladar confianza desde su trabajo. No puede esperar que el entrenador le “regale” confianza. Nadie le va a conceder una confianza ciega. Es una expectativa equivocada por parte de muchos futbolistas. Son ellos los que deben convencer a sus entrenadores, lo que solo es posible desde el manejo de la propia autoconfianza. Los demás pueden dudar pero uno no puede dudar se sí mismo. Esto resulta difícil que surja espontáneamente cuando el futbolista es joven o está en proceso de formación. Hay que enseñarle y trasladarle recursos para que sepa navegar en el mar de las dudas ajenas.

10. COMPETIR CADA DÍA. El joven portero que intenta hacerse un hueco en el fútbol profesional suele tener pocas oportunidades de participar en los partidos. Equivocadamente piensa que está perdiendo el tiempo al no poder jugar con continuidad. Así, sin darse cuenta, está despreciando la oportunidad que le ofrecen los entrenamientos para competir. El compañero se ha de convertir en el rival a superar, buscando con él un duelo permanente pero noble, siempre desde el trabajo bien hecho. Ese duelo ha de aprender a llevarlo desde el espíritu de superación, incluso más allá del terreno de juego. En ocasiones el compañero más veterano maneja unos resortes que acaban desequilibrando al más joven. Esto no es posible. Debe aprender a convivir con este tipo de situaciones sin que hagan mella en su ánimo ni en su trabajo.

Es importante que el entrenador de porteros cree un ambiente de competencia sana entre los porteros pertenecientes a la plantilla desde el primer entrenamiento. Todos los porteros creen que este es el momento más importante de la temporada para hacerse un hueco en el equipo titular. Es sorprendente lo habitual de muchos porteros que después de la primera jornada, tras conocer la elección del entrenador en la portería, se relajan y dejen de trabajar con la intensidad necesaria. Es un error garrafal que cometen tanto los porteros que consiguen ser titulares (tienen la falsa sensación de haber conseguido la meta de la temporada), como los suplentes (asumen mal su rol y ya no presentan batalla).

11. DESARROLLAR HABILIDADES PARA EL AUTOCONTROL EMOCIONAL: CONTROL DE LA ANSIEDAD, EL ESTRÉS, EL ENFADO Y EL DESÁNIMO. En ocasiones el propio carácter es el mayor obstáculo a superar. Ante situaciones de dificultad, exigencia, conflicto, frustración de puede desatar un caudal de emociones. Según la personalidad puede surgir entonces el enfado, la ansiedad, el desánimo… y se hace difícil trabajar como uno es capaz de hacerlo. Manejar estas emociones para contenerlas y lograr que no afecten al rendimiento es clave en cualquier futbolista, mucho más en el caso del portero ya que está más expuesto que el resto ante este tipo de situaciones. Se trata de aprender a vivir “solo” ante el peligro, disfrutando al máximo mientras desarrolla su trabajo, logrando aislarse de las circunstancias que rodean a la tarea. Entrenar habilidades psicológicas que favorecen el autocontrol emocional es aconsejable siempre, mucho más en los porteros.

¿Cómo se pueden sumar de forma efectiva estos contenidos PSICOLÓGICOS a la preparación de los porteros? Debe producirse un trabajo complementario entre el entrenador, el entrenador de porteros y el psicólogo del deporte.

El entrenador y el entrenador de porteros deben diseñar el trabajo adecuado para la mejora de esta cualidad dentro del terreno de juego. Es básico insertar el trabajo psicológico entre las tareas diarias técnico/tácticas del portero. Por su parte el psicólogo deportivo debe ayudar a que el portero optimice sus respuestas emocionales en cada situación, dentro y fuera del campo, en soledad y de forma colectiva. El psicólogo del deporte enseñará al portero aquellas herramientas o estrategias necesarias que le permitan observar y regular sus estados emocionales según las situaciones a las que se va a enfrentar.

El entrenador y el entrenador de porteros desarrollarán el aprendizaje de valores y habilidades emocionales mediante un trabajo transversal, es decir insertándolo en su programación del entrenamiento diario. En dicha labor pueden contar con el asesoramiento del psicólogo del deporte. Éste personalizará el trabajo más directamente relacionado con el desarrollo de habilidades emocionales mediante un trabajo individualizado que se realizará de forma periódica y programada.

Dicen que los porteros están un poco “locos”. Nada más alejado de la realidad. Si el deportista necesita de una maduración personal acelerada para desarrollar competencias que le ayuden a sobrevivir en un contexto profesional, más todavía en el caso del los futbolistas dado el seguimiento de que es objeto el fútbol a nivel social y de los medios de comunicación. El portero no suele ser ningún “loco”, todo lo contrario. Suelen ser jugadores con una dimensión personal importante para su edad. Son jóvenes que les toca hacerse “mayores” de forma acelerada. Su preparación será insuficiente mientras no contemple apoyar y reforzar ese ámbito emocional específico.

Hay mucho trabajo por delante para convertir al portero en la figura que todos esperan que sea. Ese trabajo debe estar perfectamente coordinado por el cuerpo técnico. Pero aquí la figura más importante es la del propio guardameta que debe tener un afán constante de superación. Estar siempre en busca de la mejora constante e ilimitada. Todos sabemos que la perfección es imposible de alcanzar, pero cuánto más cerca estemos de ella mejor portero será.

No crean ustedes que estas opiniones surgen del conocimiento científico. Sobretodo están fundamentadas en la experiencia del trabajo psicológico con diferentes porteros del fútbol profesional. Como psicólogo del deporte puedo haberles enseñado algo; como porteros me han ayudado a conocer la psicología específica de su puesto o demarcación. Me han enseñando mucho más ellos a mí que a la inversa.

martes, 26 de octubre de 2010

Trabajo, perseverancia, aprendizaje




Hola, queridos hermanos de la portería.

En este nuevo artículo que con muchas ganas escribo en mis momentos libres sin entrenamientos o partidos les quiero hablar de algo muy importante. Quiero hablarles de un tema fundamental: amor por trabajar de portero, las ganas de mejorar y aprender de los demás.

Desde pequeño he tenido la suerte de trabajar con diferentes profesionales y diferentes porteros de distintas nacionalidades y quiero destacar algo muy importante: que mucha gente no sabe o no esta informada debidamente de este puesto tan lindo. Quiero hablarles de 3 puntos fundamentales en un portero. ¿Cuántas veces hemos visto a chavales muy jóvenes, con unas condiciones naturales geniales y una planta impresionante? Muchas, diría yo. Gente que naturalmente fueron o son mejor que muchos otros porteros de la misma edad sin tener que entrenar, aprender o corregir cosas tan asiduamente como la mayoría del resto de los porteros.

La verdad que son muy pocos los que en verdad llegaran sólo a vivir del futbol por estas condiciones innatas naturales: ¿o me van a decir que Iker Casillas no curró mucho en toda su carrera? ¿o Palop? ¿o Kahn? ¿o BUFFON? O tantos otros porteros destacados del mundo del futbol. ¿Qué quiero decir con esto, amigos? Que las condiciones naturales son importantes pero si no van acompañadas de Trabajo, Amor por lo que uno hace y Ganas de aprender serán muy pocos los porteros que logren o puedan llegar a vivir del futbol.

Muchas veces me ha tocado vivir estar en clubes cuando era pequeño y ver a porteros naturalmente muy buenos pero con poco amor por el puesto de golero, pocas ganas de escuchar, aprender y perseverar en este mundo de la portería que es hermoso pero duro a la vez. Hablo de este tema ya que muchas veces por diferentes razones no estamos preparados, o por diferentes momentos en nuestras vidas -pues somos humanos- cometemos errores de los que seguramente (no digo todo que todas las personas se arrepientan), nos arrepentiremos para siempre.Quiero y deseo decirles a todos los porteros que están comenzando que es muy importante, saber, entender y escuchar que uno siempre puede mejorar en todo, que nadie es perfecto y que todos los porteros seremos diferentes aunque copiemos, aprendamos, mejoremos y trabajemos como muchos porteros lo hacen. Les hablo con el corazón y quiero que entiendan que esto va enfocado a muchos porteros que recién comienzan, que están aprendiendo y viviendo experiencias nuevas todos los días, en entrenos y partidos. ¡Nadie puede ni debe cortarles el derecho de soñar y ser felices parando! Todos somos diferentes y únicos.

Mi mensaje de esta nota va para todos los porteritos que están comenzando en este mundo tan lindo y especial de la portería: ¡Nadie debe, por ninguna razón, dejar de currar, de aprender y soñar! Lo natural ayuda pero sin el Esfuerzo, las Ganas y la Pasión es muy difícil llegar a lo que todos soñamos. Y si por diferentes razones no tenemos o no podemos ser porteros profesionales ,saber y tener bien claro que dejamos todo por serlo y estar tranquilos con uno mismo,. ¡Que nadie , ni uno mismo, nos pueda reprochar nada nunca!

Les mando un abrazo inmenso, y… ¡a seguir volando de palo a palo!

Convivir con el error


Mi nombre es Ramiro González, soy portero profesional desde los 18 años, he tenido la suerte de jugar hasta el día de hoy en varias categorías de diferentes países, desde tercera división hasta primera división, me ha tocado vivir muchas cosas en el mundo del fútbol, buenas y malas claro. Hoy, con 30 años, me siento con la necesidad y las ganas de hablar de un tema fundamental que seguro muchos de los porteros experimentan y sufren cada día o cada partido. Voy a hablar del miedo al error, ese miedo que a veces nos hace tomar decisiones erróneas, apresuradas, ¡malas! Y muchas veces -o casi siempre- fatal para nosotros mismos.

Hace poco, en una de mis experiencias en uno de los tantos campus de Soloporteros a los que me invita mi querido amigo Javier, pude conocer a Tony Gimenez, ex portero del Atlético de Madrid y Español. Una de esas tardes luego de estar cansado y exhausto -ya que me encanta tratar de ayudar y dar todo por los chavales que comparten mi pasión-, Tony me dijo: “porteros buenos hay muchos, fuerte mentalmente pocos, la diferencia entre un portero bueno y uno muy bueno esta en la cabeza, el que sepa convivir con el error seguro será o podrá ser mejor portero en el futuro”. Y la verdad que me quedé sin palabras. Pensando mucho llegué a la conclusión de que todos o casi todos los porteros profesionales de diferentes categorías están preparados técnica y físicamente para jugar en un buen nivel, pero la verdad es que pocos están preparados mentalmente. Por eso queridos amigos del arco (portería), quiero hacer hincapié en algo muy importante: ¡La cabeza del portero!. Podemos estar entrenados genialmente pero si la capocha (cabeza) no está preparada o al mismo nivel que la parte física, técnica, seguramente en determinadas situaciones o momentos sufriremos mucho, tanto que a veces tengamos ganas de dejar de parar o no querer volver mas a una portería.

¿Cómo lograr o mejorar esta parte? Es muy difícil y duro. Seguramente los años, la experiencia y la forma de ser de cada portero hará que esto varíe, claro está sumado a que todos los porteros somos únicos y especiales. La verdad queridos compañeros de la portería que es duro asumir un error o convivir con él, somos los que estamos solos, los que si cometemos un error generalmente será uno grave y terminara casi siempre en gol y nadie podrá ayudarnos. Entonces, ¿cómo poder mejorar este punto, tratar de convivir con él y lograr seguir adelante? Muchos de ustedes podrán estar de acuerdo o no: lo bueno sería que ésto ayude a muchos de vosotros y que podamos ayudarnos mutuamente en este duro pero lindo mundo de la portería.

Mi pensamiento final de convivir con el error es el siguiente: el pasado no lo podemos corregir, entonces amigos seria bueno que aprendamos a tratar de no cometer errores pasados y saber que nadie es perfecto, que todos somos humanos y todos podemos equivocarnos. ¡Hasta los mas grandes han cometido errores! Entonces a disfrutar de este mundo lindo y difícil que nos gusta tanto, sabiendo que mañana tenemos otro entreno u otro partido para ser mejores y poder volar de palo a palo y salvar al equipo!!!

Los primeros y los últimos en el trabajo




Hola amigos de este mundo aparte (la portería).

En este artículo deseo hablar de algo fundamental: la visión del portero, la importancia de su voz de mando y lo importante que es ordenar el equipo desde el arco. Como todos sabemos, ser portero no se basa solamente en hacer paradas bonitas, pegarle bien al balón o descolgar balones aéreos; hay muchos puntos importantes de los cuales tenía la necesidad de hablar ya que para ser un portero completo es clave también ordenar y prevenir errores que luego deriven en un gol o jugada peligrosa del equipo contrario. Desde nuestra posición, tenemos la posibilidad de ver el campo de juego como ninguna otra persona del equipo, podemos ver todos los espacios, jugadores libres, errores de posición que se cometen en un partido de futbol. Es clave saber hablar, avisar y ordenar a nuestro conjunto ya que no sólo estamos para parar: somos también los primeros y los últimos .Debemos tratar de ayudar a nuestros compañeros en diferentes momentos o fases del juego. Es fundamental un ¡cuidado, solo!, ¡Afuera, salimos!, o muchas más palabras que se usan para diferentes situaciones del partido y que sirven de gran ayuda para nuestro equipo. La mayoría de los porteros profesionales, además de estar preparados física y técnicamente, cumplen con esto de lo que hablamos, ya que un portero parado en la portería que no ordene, hable (de buenas maneras) y ayude a su equipo gracias a la chance de ver todo desde su posición no sería completo o facilitaría a sus compañeros la posibilidad de hacer o ayudar al equipo más.

¡Era un tema del cual quería escribir, ya que es importantísimo! Un portero con voz de mando, que logre ordenar su equipo y sea pieza clave desde su lugar para ayudar o evitar a que el equipo contrario no logre sus objetivos.

Espero y deseo que todos mis amigos porteros estén bien y que estén disfrutando cada día de este mundo (hermoso y difícil) de la portería. Les mando un abrazo grande, y ojalá con mis artículos pueda ayudar a gente que esta creciendo o aprendiendo a ser portero.

Vuelen de palo a palo, disfruten de los entrenos y partidos (a veces no es fácil, lo sé). Un fuerte abrazo y un saludo a todos los porteros

martes, 5 de octubre de 2010

EL GUARDAMETA EN CONCEPTO LIRICO


El guardameta, tema literario

Jesús Castañón Rodríguez

Comunicación leída en las II Jornadas de Litertura de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco, San Sebasitán, 1988.

"Varios cientos de miles de españoles, a lo mejor millares de miles, aplican sus energías de las lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que ya pasó, y sus arrestos de los jueves, los viernes y los sábados a predecir los aconteceres del partido de fútbol que está al caer. Los domingos descansan y van al fútbol: a sufrir o solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás".

De esta manera transcurre, según Camilo José Cela, una semana futbolística para los aficionados más apasionados de cualquier equipo(1).

El fútbol que ocupa páginas de periódicos, invade las ondas radiofónicas y llena horas de programación televisiva se ha convertido en un fenómeno social seguido por las más diversas esferas de la sociedad, sin distinción de edad, sexo o condiciones de otra índole. A pesar de ello, la producción literaria con temática futbolística es escasa.

Muchas de estas composiciones giran en tomo a ese doble aspecto vida-muerte que es el gol. La vida porque da paso a los triunfos, la gloria, la fama para el goleador y al delirio de los aficionados. La muerte se produce en el portero y en los equipos batidos. Un partido tiene los sabores del forcejeo, las fintas, los regates, los pases medidos, la velocidad y el buen control de la pelota. Pero todo ello es poco si no va acompañado de la excitación que produce el gol. Como dijo el periodista José María Múgica: "Un partido sin goles es como la merluza de hotel, le falta sabor".

Ante este dilema goleadores-goleados, la visión literaria se ha inclinado más a favor de los segundos que de los primeros. La perspectiva adoptada por los escritores se agrupa en cuatro facetas: las lesiones, la mitología, los valores personales y las vanidades.

I

Con respecto al primer aspecto, destacan los poemas "Oda a Platko" y "Elegía al guardameta" de Rafael Alberti y Miguel Hernández, respectivamente (2).

La oda recalca la lesión que sufre el portero Platko en la final de Copa, que disputaron en Santander el F.C. Barcelona y la Real Sociedad, al salir a los pies del delantero Cholín. La conmoción y la sangre abaten al arquero que se retira unos minutos del terreno de juego para después reaparecer con una gruesa venda en su cabeza. Alberti, presente en el estadio, inmortaliza el percance acaecido en la final del 20 de mayo de 1928. El partido acabaría con victoria mínima del Barcelona con un gol de Samitier, a quien Alberti dedica el poema. Por la noche, la celebración del título reunió en el mismo hotel a los jugadores Platko y Samitier con el cantante Carlos Gardel y los escritores Alberti y José María de Cossío (3).

Platko

"Elegía al guardameta" plantea la situación de¡ portero del Orihuela que tras una larga estirada para atenazar el balón, muerte al estrellarse contra uno de los postes de la portería. Miguel Hernández se recrea en la acción del salto, la impresionante palomita que sorprende el fotógrafo en el aire y que le permite "tumbarse en el viento para evitar victoria". Al finalizar su plongeon mortal su cabeza choca con uno de los postes, la gorra sale "sale lanzada como oreja tercera" y su estilo deja un extraordinario vacío en la meta del equipo.

II

La mitología de la figura de¡ cancerbero va a estar ligada a los recuerdos infantiles de los escritores. Es el caso de Pedro Montón Puerto y su "Oda a Zamora", en el que rememora los tiempos en que en la plaza de su pueblo jugaba a ser Ricardo Zamora. Mientras el "Divino" despejaba con los codos y escribía en los diarios deportivos, los ecos de sus hazañas llegaban al niño que emulaba sus paradas entre los árboles que servían de improvisado arco. La composición termina con un saludo cargado de admiración ingenua y grave en la que cabe la noble envidia, el saludo, el orgullo propio y el cariño filial como agradecimiento de lo que suponía cada nueva hazaña (4).

III

Henry de Montherlant

Uno de los aspectos más destacados es el de los valores personales que entraña el puesto de portero en un equipo. Requiere una serie de cualidades físicas, técnicas, intelectuales y morales. Una de las literaturas que más lo ha puesto de relieve es la francesa. Montherlant, Prévost o Camus son algunos ejemplos de cómo hacer del deporte un tema literario en lo que tiene de exponente cultural y humano de una época. Con Henry de Montherlant nace la literatura deportiva y su actividad deportiva fue la de ser portero en un equipo de fútbol (5).

Los escritores españoles Wenceslao Fernández Flórez y Ramón Irigoyen coinciden en señalar el carácter contemplativo del guardameta. Para el autor gallego, el portero dispone de tiempo para meditar apoyado en los postes, de ver cómo se suceden choques crueles y pugnas angustiosas por llevar el balón hasta la red, que es uno de los componentes de una definición genial: "un prado con una vaca vista de perfil, ¿no es, aproximadamente, un campo de fútbol con su portería?" (6).

Para el navarro Irigoyen, los tiempos en que acudía a presenciar los partidos de Osasuna le hacen ver que el guardameta, al igual que el poeta, es un ser ocioso, contemplativo. El viaje que realiza en cada encuentro es interior ya que de él depende el éxito de todo el equipo(7).

IV

Otra de las facetas que aparece tratada en obras teatrales es la del submundo de las vanidades, de las palmadas en el hombro, etc. que rodean al fútbol en niveles modesto. Este problema de la "antimitología" de los futbolistas la trata Martínez Mediero en Heroica del domingo. "Pantera Fernández" es un cancerbero de manos blandas que encaja muchos goles y que se encuentra a punto de colgar las botas. A lo largo de la obra se plantea que ha vivido un mundo de vanas esperanzas, de ilusiones frustradas y que ha perdido los años de su juventud para realizar el sueño de su vida: montar un bar con luces de neón y alicatado en las paredes donde los lunes poder comentar a los clientes los goles del domingo en la moviola (8).

El guardameta en los géneros literarios

El tratamiento que ha recibido el tema del guardameta varía según los diferentes géneros: poesía, teatro, periodismo... Según Gallego Morell en cuanto a la temática, la poesía contemporánea nace con el cine, el deporte y la máquina de escribir(9). El deporte aparece como espectáculo y vivencia y es transcendentalizado con un sometimiento del estilo del lenguaje a un gimnasia que hace crujir los vocablos y la sintaxis, que busca instantáneas y detalles para producir sensaciones de ritmo y de velocidad.

Todas estas características se dan en los poemas anteriormente citados, pero uno de los casos más curiosos se produce cuando la frase "Ara un home ha blócat l’ironia amb el llabi esquinçat" adopta la figura de un guardameta atenazando un balón junto a la escuadra de su marco, en un caligrama de Carles Sindreu (10). El Grupo Poético del 27 emplea el asunto deportivo como tema poético y los vanguardistas catalanes lo someten a las más diversas formas de composición.

El teatro no va a centrarse en la figura individual del arquero, sino que va a ser una pieza más del complejo entramado que constituye un equipo de fútbol.

El periodismo va hace más hincapié en la figura del meta. Generalmente, uno de los aspectos más destacados hace referencia a las actuaciones, puesto que de este último hombre dependen los éxitos de un club.

El guardameta en la literatura vasca

Tradicionalmente, la literatura vasca sobre fútbol se ha dedicado a resaltar más el aspecto social que a destacar a los jugadores individuales. Es el caso de la novela Chiripi de Juan Antonio de Zunzunegui (11), que hace referencia al ambiente futbolístico de Bilbao en los años veinte, y de la obra teatral Fútbol del guipuzcoano José María Bellido Comerzana, en la que el balompié sirve de lenguaje metafórico para tocar preocupaciones de mayor alcance(12).

En el caso del periodismo se ha cantado al triunfo colectivo y se ha hecho especial hincapié en el aspecto social en detrimento de la mitología individual. Principio que ha vuelto a ocurrir con los recientes títulos obtenidos por el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad. Sin embargo, la gran paradoja se encuentra en que se ha destacado más a los goleadores que a los porteros, precisamente en una tierra en la que abundan los buenos guardametas. Quizá las excepciones son José Ángel Iríbar y Luis Arconada tras batir amplias marcas de actuaciones con sus respectivos equipos y con la Selección. Calificativos como "El Chopo" o el "Ángel volador" son algunas de las contribuciones del periodismo a la mitología que siempre rodea al fútbol.

También es importante destacar, que en el País Vasco se ha forjado un estilo particular de contar el fútbol y en ella nacieron periódicos deportivos de relevancia, como Marca, cuyo primer número salió hace cincuenta años en San Sebastián. Los balcones de su redacción asomaban al Urumea y se imprimía en una casa de papeles pintados en Bilbao (13).

Además, destaca la ausencia de novelas que traten el tema del guardameta de forma amplia.

Conclusión

De todo lo expuesto hasta ahora se desprende que la poesía es el género que más atención ha dedicado a los guardametas. La posible causa de este hecho reside en que tanto los poetas como los guardametas son seres contemplativos y que la poesía es un género que se presta mucho para resaltar los matices, detalles y acciones que un portero -como seilala José Angel Iríbar- observa y analiza desde la atalaya privilegiada de su área. El meta resulta un personaje singular que le hace diferente al resto de los puestos de un equipo.

__________

Notas

(1) Cf. CELA, Camilo José, Once cuentos de fútbol, Editora Nacional, Madrid, 1963. pág. 81.

(2) Cf. ALBERTI, Rafael, "Oda a Platko" en Poesías Completas, Buenos Aires, 1961, y HERNÁNDEZ, Miguel, "Elegía la guardameta" en Obras Completas, Buenos Aires, 1960.

(3) Cf. GALLEGO MORELL, Antonio. " Un guardameta en la poesía española, ABC, Madrid, 22 de febrero de 1959 y Literatura de tema deportivo, Prensa Española, Madrid, 1969, pág. 109-110 y 121-125.

(4) Cf. MONTÓN PUERTO, Pedro, "Oda a Ricardo Zamora", Cuaderno de poesía al deporte I, Sevilla, 1967, págs. 39-40.

(5) La literatura deportiva francesa pretende configurar una restauración del helenismo que convierte al deporte moderno en escuela de formación moral y la vida al aire libre en una modernizada bucólica. En ella participan numerosos escritores pero destacan de modo especial Montherlant en los periódicos L’Auto y L'Echo des Sports y su obra Las Olímpicas, Prévost con su obra Plaisir des Sports y las consideraciones morales Camus que también fue guardameta. Cf. CAMUS, Albert, El primer hombre, Tusquets, Barcelona, 1994; CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús, Creación literaria y fútbol, Valladolid, 1991, págs. 47-55; MONTHERLANT, Henry de, Las Olímpicas, Nuevo Arte Thor, Barcelona, 1983.

(6) Cf. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Wenceslao, De portería a portería, en Obras Completas, Madrid, tomo VII, pág. 505.

(7) Cf. IRIGOYEN, Ramón, "Mis tardes bajo los palos", Diario 16, Madrid 21 de junio de 1982.

(8) Cf. MARTÍNEZ MEDIERO, Manuel, Heroica del domingo, Fundamentos, Madrid, 1984.

(9) Cf. GALLEGO MORELL, Antonio, Literatura de tema deportivo, Prensa Española, Madrid, l969, pág. 108.

(10) Cf . SINDREU, Carles, "Futbol", Radiacions i poemes, Barcelona, 1928, pág. 94.

(11) Cf. ZUNZUNEGUI, Juan Antonio de, Chiripi, en Obras Completas, Noguer, Barcelona, 1969.

(12) Cf. BELLIDO COMERZANA, José María, Fútbol, en Primer Acto número 56, Madrid, 1964, págs. 9-48.

(13) Cf. CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús, El lenguaje periodístico del fútbol, Universidad de Valladolid, 1994, pags. 41-50 y 69-71.